Skip to Main Content (Press Enter)
Accede directamente a

PARA VER LAS ESTRELLAS

28/05/2025

Mirar las estrellas es una experiencia única, difícil, escasa y, por eso mismo, preciosa. La contaminación lumínica oculta el firmamento al 80 % de la población mundial, haciendo que los cielos estrellados sean casi un mito para quienes viven en ciudades. Sin embargo, aún hay rincones en el planeta donde es posible detenerse, mirar hacia arriba y volver a sentir la emoción de un cielo limpio. Para facilitar ese reencuentro con el cosmos, WeRoad, plataforma especializada en viajes para millennials y viajeros en grupo, ha seleccionado cuatro destinos de astroturismo pensados para quienes buscan escapadas diferentes, en contacto con la naturaleza y con una buena dosis de aventura.

En España, el país cuenta con varios de los mejores enclaves del mundo para observar el cielo nocturno gracias a sus áreas protegidas y baja contaminación lumínica. Desde los altos miradores del Teide en Tenerife hasta el Roque de los Muchachos en La Palma, donde se ubica uno de los observatorios astrofísicos más importantes del planeta. También destacan lugares como Monfragüe, en Extremadura, y el encantador Albarracín, en Aragón.

Si se busca algo más lejano y con un punto de desafío, Nepal ofrece una experiencia más extrema. En enclaves como Nagarkot, a pocos kilómetros de Katmandú, o Poon Hill, a más de 3.000 metros de altitud, se abren paisajes vertiginosos con cielos límpidos como espejos. Aquí, la observación astronómica se convierte en un acto casi espiritual, acompañado por la inmensidad de las montañas.

A solo unas horas de vuelo desde España, Marruecos es otro de los grandes destinos propuestos. Desde las dunas de Erg Chebbi, cerca de Merzouga, hasta el desierto de Agafay, a las puertas de Marrakech, o las montañas del Anti-Atlas, el país africano ofrece un entorno fascinante donde las estrellas se reflejan en el silencio de la arena.

La última parada es México, tierra de sabiduría astronómica y legado maya. Lugares como el Parque Nacional Sierra de San Pedro Mártir, en Baja California, hogar del Observatorio Astronómico Nacional, o el Parque Ecológico Joya-La Barreta, en Querétaro, declarado primer espacio urbano de observación astronómica de América Latina, son perfectos para quienes quieren unir cielo, historia y naturaleza. Un mapa estelar o una app de astronomía pueden completar la experiencia.

Porque a veces, para mirar lejos, basta con mirar hacia arriba. Y si es desde uno de estos lugares, mejor aún.