Accede directamente a

EL ARTE VISTO DESDE JAPÓN

07/02/2024

Desde hace unos años, los artistas japoneses han ido ganándose un hueco en el corazón de los curadores de todo el mundo, y cada vez es más habitual encontrar muestras suyas por todo el mundo. Probablemente Yayoi Kusama sea la pionera y más conocida, pero otros nombres como Takashi Murakami o Yoshimito Nara empiezan a estar en el imaginario de museos, galeristas y amantes del arte. Si quieres conocerles lo mejor es que visites alguna de las muestras que hay ahora mismo.

Takashi Murakami conquista San Francisco hasta el 12 febrero en el Museo Asiático con la muestra “Gente desconocida: hinchazón del ego humano monstruoso. Figura importante de la cultura pop mundial, su influencia se extiende a la moda, los productos de consumo, la curación y el entretenimiento. Con un estilo alegre y de colores atrevidos y una sensibilidad pop que se inspira en el anime y el manga, las accesibles y divertidas creaciones de Murakami ofrecen más de lo que parece.

Las figuras infantiles y enigmáticas de Yoshitomo Nara dejarán el 25 de febrero el Aomori Museum of Art para aterrizar en junio en el Museo Guggenheim de Bilbao, en un recorrido completo por su trayectoria donde la soledad de su infancia o la música aparecen de manera recurrente en su trabajo. 

Al editor Shozaburo Watanabe (1885-1962), quien inició el movimiento shin-hanga (nuevos grabados) a principios del siglo XX, se le puede atribuir el mérito de haber llevado el grabado japonés a la era moderna. Watanabe desarrolló el grabado a partir de técnicas tradicionales de ukiyo-e. Adoptando nuevos métodos que incorporaban la estética occidental preservando al mismo tiempo los procesos japoneses, trabajó con artistas europeos en grabados inspirados en pinturas impresionistas. El Museo de Arte Shimane recoge una muestra con sus mejores trabajos hasta el 18 de marzo.

Takuma Nakahira (1938-2015) tuvo un impacto duradero en la teoría y la práctica de la fotografía japonesa de posguerra. A finales de la década de 1960, cofundó la revista Provoke y ayudó a ser pionero en el estilo “are, bure, boke” (granulado, borroso, desenfocado) que repercutiría en generaciones sucesivas. Antes de caer en coma y sufrir amnesia en 1977, se embarcó en un período de autocrítica y exploración. (Después de recuperarse reanudó su práctica, que continuó hasta la década de 2000). Una exposición en el Museo Nacional de Arte Moderno de Tokio reexamina su carrera hasta el 7 de abril.