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COLOR VERSUS BLANCO Y NEGRO EN FOTOGRAFÍA

21/06/2024

Joel Meyerowitz (El Bronx, Nueva York, Estados Unidos, 1938) es uno de los máximos exponentes de la fotografía contemporánea. Y dentro de su producción, indefectiblemente relacionamos su obra con las imágenes a color. Pero esa apuesta por el color fue algo que no era lo habitual en el momento en el que el fotógrafo comenzó su carrera, a mediados de los años 60 del siglo XX. Además, estaba lejos de ser una posibilidad aceptada por la comunidad de los grandes fotógrafos, que identificaban la fotografía “seria” con el blanco y negro y la de color, para aquellos que se acercaban a este medio como meros aficionados.

“Joel Meyerowitz ¿en color?” es un libro que recoge las reflexiones del fotógrafo sobre su predilección por la fotografía en color. A través de varios textos, el autor nos habla de sus comienzos en el mundo de la fotografía; recuerda el momento en el que por primera vez alguien le puso en la tesitura de elegir entre una película de blanco y negro o de color; recuerda la influencia que en su obra tuvieron autores como Robert Frank o de su amistad con Garry Winogrand, quien le hizo ver que para dedicarse profesionalmente a la fotografía también debería tomar imágenes en blanco y negro. El libro se encuentra salpicado de textos que recogen estas reflexiones y además cuenta con más de 200 imágenes, tanto en blanco y negro como en color.

En muchas de ellas, el fotógrafo hacía “parejas” de fotos, tomando la misma instantánea dos veces, pero utilizando una película de color y otra de blanco y negro. La presencia de estas parejas en el libro otorga al espectador la posibilidad de descubrir como el cambio en la técnica es capaz de transformar por completo la narrativa de cada fotografía. Las primeras “parejas” de imágenes las realiza entre 1963 y 1966, un momento en el que las limitaciones técnicas de un mundo sin Photoshop, hacía bastante complicado realizar estos ejercicios. Como cuenta el propio fotógrafo: “En 1963 conseguí hacerme con una segunda cámara y pensé: voy a ponerle un carrete en color a una y otro en blanco y negro a la otra: así cuando se presente la ocasión de fotografiar algo con las dos cámaras (solo si la escena no cambia demasiado y si soy lo suficientemente rápido para disparar dos fotos) podré observar ambas y tratar de ver que conclusiones saco”. Y esta idea es precisamente la génesis de este libro.