26/02/2024
En la década de 1970, los arquitectos Vicente Roig Forner y Ángel Hernández Morales se encargaron de dar forma al Museo Marítimo del Cantábrico en Santander, que se erige como un conjunto que también alberga el Centro Oceanográfico. El edificio original, compuesto por dos cuerpos cuadrados conectados por una marquesina, experimentó en 2003 una reforma que amplió la fachada y la terraza, alterando su diseño inicial. Hoy, el estudio de arquitectura e interiorismo Zooco ha sido el encargado de darla una nueva vida a su restaurante.
La firma enfrentó el desafío de “reconciliar las patologías presentes en la cubierta y fachada del edificio. Optamos por crear un nuevo volumen cuadrado”, explica el estudio, “resultado de la adición de cuatro triángulos que armonizan con los paraboloides originales. Esta geometría cuadrada, tratada como un elemento artístico, se convierte en el epicentro del restaurante, enmarcada por falsos techos triangulares de madera que resaltan su crudeza”.
El exterior se presenta como una caja de cristal que busca la transparencia, matizada con textiles estratégicos que dan amplitud visual al paisaje de la Bahía de Santander. Esta fusión entre geometría original y modernidad transparente define la identidad arquitectónica del restaurante. En términos técnicos, la reforma implicó la sustitución de la cubierta piramidal por una nueva, brindando estanqueidad y aislamiento al edificio. Además, el muro cortina vertical reemplazó la carpintería inclinada de la fachada, facilitando la limpieza y recuperando parte de la terraza perimetral.
El resultado: un impresionante, sobrio y elegante restaurante brutalista con vistas al Cantábrico.