11/04/2017
Existe un artista que ha creado estampas que viven y viajan en la retina de todos nosotros. Un cronista del S.XX con una mirada muy particular que se reconoce en cada uno de los cuadros que ha pintado a lo largo de una carrera muy extensa, 60 años de trabajo ininterrumpido. Ese artista es David Hockney y está de enhorabuena porque la Tate Modern de Londres le dedica una de las exposiciones más grandes que ningún museo le ha organizado nunca.
Hasta el 29 de mayo estará abierta esta gran muestra, trabajo en colaboración con el Centro Pompidou de París y el Metropolitan Museum de Nueva York. Una retrospectiva que viaja a través de la producción de uno de los artistas más influyentes del siglo pasado, todavía en activo, a través de una obra que viaja entre la pintura, dibujos, fotografía y vídeos. A punto de cumplir 80 años, Hockney continúa centrado en una intensa producción orientada hacia las nuevas tecnologías, desde sus icónicas imágenes de Los Angeles, su eterno verano y sus piscinas hasta sus dibujos más desconocidos y fotografías, todo queda ordenado en esta gran muestra.
La exposición coincide en el tiempo con otras grandes propuestas organizadas por la Tate Modern como la dedicada al fotógrafo Wolfgang Tillmans, uno de los mayores exponentes de la fotografía contemporánea.
Todo en una de las mayores sedes para el arte contemporáneo del mundo, la Tate Modern de Londres, que hace escasos meses inauguraba su esperada ampliación a cargo de los arquitectos suizos Herzog & De Meuron y que convierten la visita al centro de arte en obligatoria.