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ANDREA ZARRALUQUI: EL ARTE EN LA MESA

24 /11 / 2017

Andrea Zarraluqui es una apasionada de la pintura y además tiene el privilegio de poder dedicarse a ella.

A través de las vajillas que ella misma pinta y diseña en su casa-estudio del madrileño barrio de Salamanca, Zarraluqui plasma un sueño que acariciaba desde niña.

Zarraluqui se crio en Jerez de la Frontera, estudió en Reino Unido y tras unos años viviendo en Nueva York, se estableció en Madrid. Reconoce que siempre tuvo un interés por el arte y la pintura, pero su padre la convenció “para que estudiara algo más serio” así que dejó aparcados los pinceles durante su formación académica, aunque los volvía a sacar en el verano cuando se apuntaba a cursos de arte

Ahora, plenamente dedicada a su pasión, Zarraluqui se mueve en un universo propio, rodeada de sus vajillas, los libros incunables de botánica y ornitología en los que se inspira, los ramos de flores secas que pueblan cada rincón de su casa y la luz natural que atraviesa los balcones e ilumina cada plato de su escritorio.

“La inspiración aparece en muchos sitios, además de los libros de botánica y pájaros, miro estampados de telas, papeles pintados, láminas antiguas, artistas que sigo por Instagram. Es una red social que me permite ver el trabajo de gente que admiro. Hay gente haciendo cosas maravillosas en todos los campos artísticos” afirma Zarraluqui.

Las vajillas de Andrea son por encargo y se puede contactar con ella a través de su perfil de Instagram @azarraluqui. “La mayoría de la gente se deja aconsejar y aunque ha recibido alguna petición curiosa, por lo general sus clientes piden detalles como las iniciales o algún motivo concreto que les haga ilusión.

 

LA MESA PERFECTA

Zarraluqui no solo disfruta pintando, también ejerciendo de anfitriona para sus amigos. “Me gustan las mesas llenas con mucha vajilla y cristalería, porque eso indica que se va a comer y beber bien. Eso sí, nunca iguales, no recomiendo usar los mismos platos, lo ideal es combinar platos lisos con ilustraciones para que el conjunto quede armonioso”, explica Zarraluqui. ¿Y qué no pintaría jamás en un plato? “Comida. Es lo único que no me gusta ver en una vajilla”.