11/10/2024
La colección Imperfect Mirror de Manoteca nace de la investigación artística que la diseñadora Elisa Cavani lleva a cabo desde hace tiempo sobre las posibilidades creativas y de diseño que ofrecen las piezas de mármol, únicas en forma, color y vetas. Ha sabido capturar la belleza y la historia de un material con millones de años de antigüedad, fascinante por su naturaleza imperfecta y preciosa. Un elogio a la imperfección y a las infinitas posibilidades que contiene.
Todo comenzó con el encuentro, en una cantera, con una extensión de fragmentos de mármol coloreado, desechos de procesamiento, “restos”, destinados a convertirse en arena para la construcción. “Mi deseo es crear objetos con un fuerte valor estético y artístico, con una fuerte personalidad. Quiero dar nuevos significados a trozos de historia, ya sean individuales, sociales o naturales, para devolver valor a las relaciones humanas, llenándolas de vida, significado y profundidad”. “Salvados” de su destino y llevados al taller de Manoteca en Bolonia, estos fragmentos fueron estudiados y observados durante mucho tiempo.
La intuición de combinar un espejo con el bloque de mármol nació de este estudio en profundidad y de una reflexión sobre la percepción de la belleza, sobre el ser y el aparecer, sobre el verse y ser visto. El resultado son objetos que quieren hacernos centrarnos en la capacidad de observarnos por lo que somos, de aceptarnos y sobre todo de reconocernos como únicos y preciosos. “Los trozos eran de mil colores y tamaños, irregulares, rotos pero sobre todo no pulidos”, dice Elisa Cavani. “Difícilmente se puede ver el mármol en su estado natural, como realmente es. Estamos acostumbrados a superficies lisas, formas perfectas y terminadas con una capa de cera brillante. Como una persona que acaba de despertarse y está toda despeinada, antes de ponerse presentable quizás con una capa de maquillaje, la base de mármol en bruto tiene un valor que es independiente de su forma y su pulido”.
El resultado de este proceso creativo es una colección de objetos emocionales, preciosas piezas únicas que combinan arte, artesanía, visión y alma. Pero también son, al mismo tiempo, nuevas formas de comunicar y nuevas historias que contar, a través de los significados que trae consigo cada pieza, siempre fuertemente vinculada al territorio del que nace. Son esculturas funcionales con un fuerte impacto estético y narrativo: pueden ser espejos que exploran el límite entre ser y aparecer, mesas transformadoras, componentes de decoración, verdaderas obras de arte.
Cada pieza está hecha íntegramente a mano en el taller boloñés con la colaboración de diez hábiles artesanos (herreros, carpinteros, restauradores, tapiceros, vidrieros) que, con generosa atención y sincero cuidado, aportan experiencia, historia y valor a cada objeto.