14/04/2025
Corsario, el restaurante que ha conquistado Ibiza con su respeto absoluto por la materia prima y su innovadora cocina de temporada, abre sus puertas en Madrid. Ubicado en el barrio de Justicia (c/ Tamayo y Baus, 1), este nuevo destino gastronómico busca trasladar a la capital la filosofía que ha convertido a su homónimo ibicenco en un imprescindible. Con Liván Valdés al frente de los fogones, la propuesta se adapta al entorno madrileño, manteniendo el carácter mediterráneo, pero incorporando ingredientes locales y guiños a la tradición culinaria de la ciudad.
El joven chef cubano, con una sólida trayectoria en algunos de los mejores restaurantes de Europa, apuesta por una carta dinámica, en constante evolución según la temporada y la disponibilidad de productos frescos. La esencia de Corsario es la flexibilidad y el respeto por la materia prima, permitiendo que cada sede tenga su identidad propia sin perder la coherencia con el concepto original. Así, en Madrid, los sabores de Ibiza ceden protagonismo a productos emblemáticos de la zona, como las carnes de la sierra o la mantequilla, adaptando el recetario a su nuevo contexto sin perder su carácter distintivo.
La carta de Corsario Madrid equilibra platos tradicionales y propuestas contemporáneas, ofreciendo desde versiones sofisticadas de clásicos hasta creaciones innovadoras. Entre las opciones más representativas, destacan las croquetas de jamón ibérico, la empanada gallega reinterpretada al estilo Corsario o el sorprendente marmitako de carrilleras de atún, una versión reinventada de este guiso marinero. La creatividad del chef se percibe en propuestas como los buñuelos en sifón de trufa y foie, cuya textura aérea se deshace en boca, o la vieira de Bretaña a la madrileña, una fusión entre el mar y la tradición local. También destacan las kokotxas de bacalao a la brasa con yema de huevo de corral y caldo de cocido, una combinación que une dos de los grandes referentes de la cocina madrileña y vasca.
Los postres tampoco se quedan atrás en esta reinterpretación gastronómica. El flan de huevo adquiere un nuevo matiz con caramelo salado y helado de toffee natural con suero de leche, mientras que el Paris-Brest, con crujiente de maíz y helado de banoffee, lleva el concepto de este clásico francés a una dimensión inesperada.
Más allá de su cocina, Corsario Madrid apuesta por una experiencia completa, en la que el maridaje juega un papel fundamental. La selección de vinos se adapta a la carta en constante cambio, permitiendo que cada plato se complemente con precisión. “Cocinamos lo que deseamos y lo que nos ofrece el mercado. La cocina de Corsario es de temporada, y lo mismo ocurre con nuestra carta de vinos. Por eso, nuestra mejor recomendación es dejarse guiar por el chef y descubrir el maridaje perfecto”, explica Liván Valdés.
