29/05/2024
En un mundo tan globalizado parece que ya no queda nada por descubrir pero no. Hay tres ciudades europeas que se están convirtiendo en tendencia y que hay que visitar este 2024 para descubrir paraísos cercanos: Baden Baden, Kajetia y Gavi.
Situada en la periferia occidental de la Selva Negra, Baden-Baden es uno de los destinos de spa más importantes de Europa y se ganó su lugar en la lista de Grandes ciudades balneario de Europa de la UNESCO en 2021 como Patrimonio de la Humanidad. Los visitantes de esta encantadora ciudad tienen la oportunidad no sólo de disfrutar de las rejuvenecedoras aguas termales, ricas en minerales terapéuticos, sino también de disfrutar de importantes instituciones culturales. Y para alojarse, nada mejor que el Roomers Baden-Baden.
La región de Kakheti se considera la cuna de la elaboración del vino que se remonta a hace 8.000 años y se ha convertido en uno de los destinos vinícolas más interesantes y sorprendentes del mundo. Georgia alberga más de 500 variedades de uvas autóctonas y la región de Kakheti produce más de 80 variedades regionales. Aquí puede encontrar vinos de color ámbar y naranja elaborados con uvas Saperavi y Rkatsiteli, que en los últimos años han aparecido en los menús de casi todos los bares de vinos elegantes e incluso en restaurantes en mecas gastronómicas como Londres, Nueva York y París. Y el Lopota Lake Resort & Spa es sin duda la mejor elección para hospedarse.
Gavi es una comuna de la provincia de Alessandria, en la región italiana de Piamonte, a menudo pasada por alto, y de fácil acceso desde Milán, Turín y Génova. La región se caracteriza por su exuberante paisaje de colinas y viñedos, con una pequeña cantidad de bodegas y posadas familiares que brindan hospitalidad y experiencias culinarias únicas. Y La Raia es una finca de 180 hectáreas que comprende un hotel de 12 habitaciones "Locanda La Raia", una granja biodinámica, una fundación de arte al aire libre y una bodega de clase mundial. La Raia es una obra de amor de la familia milanesa Rossi Cairo, que transformó la exuberante y verde finca y mansión en un ecosistema de "hospitalidad lenta" donde se encuentran la sostenibilidad, la biodiversidad, el arte contemporáneo, la cocina regional elevada y la hospitalidad sincera.