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FASCINACIÓN POR LA ESPUMA

08/04/2024

Con sede entre Berlín y Hamburgo, la experiencia en diseño de Simon Stanislawski radica en jugar con materiales laminados como el metal y la madera, pero una reciente fascinación por la espuma lo ha llevado por un camino poco convencional. Su última colección de objetos y muebles funcionales, Softy, ofrece una solución divertida al desperdicio de colchones. ¿Nunca has pensado mucho en los residuos de colchones? Nosotros tampoco, pero presenta un argumento convincente: “Cada noche, los humanos transpiramos medio litro de sudor. Combinado con pelos sueltos, escamas de piel muerta y posibles fluidos corporales, la superficie para dormir se convierte en un asunto muy íntimo y también algo precario”, explica Simon. “En cualquier caso, a la hora de comprar uno nuevo, muy poca gente elige un modelo usado; Sólo en Europa se desechan 30 millones de colchones cada año: el 60 por ciento se tira a vertederos y el resto se quema”. 

Entonces el diseñador se puso a trabajar, se puso guantes y una máscara, y desmontó meticulosamente los colchones para revelar los tonos pastel originales de la espuma. Estos tonos vibrantes se convierten en la base de la paleta de colores de la colección. Las formas de los muebles surgen orgánicamente del proceso práctico, con una capa final de laca de PU que proporciona un acabado robusto, flexible e higiénico.

Softy desafía las expectativas jugando con el contraste entre la dureza percibida de los materiales tradicionales y la sorprendente suavidad y comodidad que ofrece. El resultado es una colección que no sólo reinventa el potencial de los colchones desechados sino que también fomenta una reevaluación del comportamiento del consumidor.

Esta colección inicial es solo el comienzo, en la que Simon busca profundizar en la exploración del material. Sus planes futuros implican la colaboración con productores, fabricantes de muebles y centros de reciclaje para seguir innovando en el diseño sostenible.