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GANAS DE FANDANGO

05/07/2021

El baile popular típico de las islas baleares da nombre a este nuevo restaurante situado en Formentera.

Además de ser un palo del flamenco, el fandango es un baile popular típico de las Baleares y de distintos países de América Latina, un mismo nombre para pasos, movimientos y ritmos diferentes, nacidos del carácter de cada lugar. Este baile, forjado por tantas influencias, representa a la perfección la historia de las Islas Baleares, donde el cruce de culturas ha sido esencial para conformar su carácter. Y esa mezcla cobra especial importancia en Formentera. La isla no se entendería hoy sin la inusual amalgama de las tradiciones payesas y el espíritu libre de ‘els peluts’ (los peludos), hippies y viajeros que, hace ya medio siglo, comenzaron a llegar a Formentera para dejar huella sin alterar la pureza y energía isleñas.

Gastronomía, experiencias y conexión

Fandango recoge el testigo de ese mestizaje y, del mismo modo que aquellas primeras tabernas celebraban tanto las tradiciones locales como la apertura al mundo de los foráneos, quiere ofrecer al viajero todo lo auténtico de Formentera: gastronomía, experiencias y conexión con una isla a la vez salvaje y austera, libre y artesana, payesa y peluda. Un lugar para la reflexión, la reconexión, el descanso y el disfrute. Lo mismo que ofrece Fandango, catalizador de esos aires de Formentera desde la playa de Es Pujols, en el local del antiguo Can Vent, pero con oferta y espíritu renovados.

 

A la brasa

La esencia gastronómica de Fandango es su brasa. La carta tiene su pilar en los pescados con el toque especial y los matices que solo aporta esta técnica milenaria de apariencia sencilla pero que requiere una gran maestría. Los arroces son la otra gran baza de la concina fandanguera. El producto local es el protagonista y el hilo conductor, Fandango tiene una despensa que abarca los 83 km cuadrados de la isla, favoreciendo la sostenibilidad: la sal, los aceites, los quesos, la sobrasada y la butifarra, las hierbas aromáticas, los higos, la huerta de los payeses y, por supuesto, la pesca local de sus costas. La gastronomía tradicional formenterana, que nació de la pobreza y el aislamiento, es la inspiración para una carta actual que quiere transmitir la cultura y esencia del lugar. El arroz es el ingrediente mimado, estandarte de la propuesta y protagonista de la identidad del Fandango, con propuestas tan sabrosas como el meloso con calamar y sobrasada o la paella de verduras asadas a la parrilla en dos texturas. Otro de los platos estrella es ya insignia de la isla, el bogavante con huevos y patatas. Y no faltan los manjares de origen sencillo, pero de fama mundial, como el bullit de peix.

Maestro del fuego

El chef al frente de esta oferta gastronómica es Luis Arrufat (Castellón, 1980). Con una intensa trayectoria profesional, ha pasado por restaurantes como El Bulli (donde fue jefe de pastelería durante su ultimo año y parte del equipo de Ferrán Adria durante 6 años), y otros estrellas Michelín como Mugaritz, Drolma, Akelarre, Quique Dacosta, Elkano o El Chaflán. También ha trabajado fuera de nuestras fronteras, en la cadena de restaurantes del Chef José Andrés en Washington DC y forma parte desde 2012 del cuadro docente del Basque Culinary Center, la primera Universidad Gastronómica de Europa, donde es uno de los profesores titulares del Máster en Cocina, Técnica y Producto.

 

Con los pies en la arena

Fandango Formentera es una ventana al mar en uno de los puntos neurálgicos de la playa de Es Pujols, justo en la esquina donde arranca el concurrido paseo marítimo de la localidad más turística de la isla (Avenida Miramar, 1). La apabullante belleza natural de Formentera ha sido la fuente de inspiración para Destudio, que ha llevado a cabo el proyecto con la asesoría del solicitado interiorista Lázaro Rosa-Violán, aclamado en todo el mundo por la creación de restaurantes y hoteles únicos. En los espacios de Fandango todo bebe de la isla y vuelve a ella, desde los colores (azules y verdes turquesa, blancos, tierra) hasta las texturas (de la madera de sabinas, olivos o almendros, de sus muros de piedra, sus caminos de tierra., la arena de sus playas, la vegetación, la artesanía local). Y como elemento que todo lo une un estilo mediterráneo con mucha personalidad, lleno de vitalidad y diversión, siempre procurando la reunión y el disfrute.