28 /01 / 2016
Gerold Miller (Alemania, 1961) muestra en Madrid su último proyecto, una colección de pinturas y esculturas muy atractivas e interesantes.
A partir del uso del metal como soporte y la laca como pigmento, Miller analiza los límites existentes entre la pintura, la escultura y la arquitectura para dar forma a obras reducidas al mínimo en su forma, pero llenas de carácter.
Lleva al límite el punto en el que el espacio se transforma en superficie, y la forma en abstracción, dando una nueva lectura al concepto de representación visual.
Sus cuadros son esculturas de pared; una pulidísimas superficies de metal, en las que pinta con una superposición de capas cuyo resultado es precioso; desde las que exploran distintos tonos de negro hasta las más coloridas en rojos y rosas flúor.
Por su disposición en la galería, las ves desde la calle, y el efecto no puede ser más bonito; un perfecto cubo blanco interrumpido por unos “caramelos” que son explosión de color.
Me encantó la pareja colgada en el despacho, tan buenas en sí pero rotundas en pareja.
Además, una serie de esculturas en las que literalmente la línea se reduce al mínimo. Limpísimas, pulcras, jugando con distintas terminaciones y materiales en su color. La pareja en metal y negro, preciosa. Las dos líneas negras muy chulas por tamaño y sorprendente la realizada en oro, una joya… hasta los tornillos son de oro!
Una exposición que te recomiendo que veas ya que en imagen las obras quedan planas y su belleza, además de la evidente, está en la precisión técnica con la que realiza cada una de ellas.
Galería Casado Santapau, Madrid. Hasta el 5 de marzo.
Sara M. Prat Bolin
www.artshopper.es