19/04/2024
Durante siglos la Sierra de Tramuntana (Mallorca) ha inspirado a artistas y escritores de todo el mundo, e incluso al archiduque Luis Salvador de Austria, que fue considerado como el primer ecologista de la isla. Los paisajes repletos de frondosas montañas, habitadas por olivos centenarios, forman parte del patrimonio pictórico de todos aquellos pintores que han visitado este enclave paradisíaco, declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Pero la imagen más deseada es aquella en la que la montaña se encuentra con el Mediterráneo, y el verde de los bosques compite con los azules intensos del cielo y del mar. Eso fue lo que enamoró a Richard Branson cuando visitó por primera vez la finca agrícola Son Bunyola (Banyalbufar), dónde hoy se encuentra ubicado el hotel homónimo. Su privilegiada ubicación frente al mar, con espectaculares vistas de Sa Foradada, y sus 520 hectáreas de tierra milenaria, auguraban ser un refugio mágico para todos aquellos que buscan su lugar en el mundo.
Corría el año 1998 y Richard Branson decidió comprar la finca, y convertir el edificio principal de la antigua possessió (casa de campo) mallorquina, que databa delsSiglo XVI, y las tres villas privadas construidas a principios del año 2000, que completan el complejo (Sa Terra Rotja, Sa Punta de S’Águila y Son Balagueret), en un hotel de 5 estrellas y 27 habitaciones. Ante la imposibilidad de obtener las licencias para cumplir el sueño de devolver la vida a un lugar tan especial, decidió vender la finca. Pero el flechazo continuó y nunca olvidó a Son Bunyola. Por eso en 2015 decidió adquirirla de nuevo, y en 2021 pudo iniciar su rehabilitación. Dos años después abrió sus puertas el hotel de 5 estrellas Son Bunyola (Banyalbufar, Mallorca), que hoy está considerado como uno de los más lujosos del Mediterráneo.
Cuando uno visita Son Bunyola se da cuenta enseguida de su glorioso pasado como una de las fincas más prósperas de la Tramuntana. Y es que tanto el estudio de arquitectos Gras Reynés, como la empresa mallorquina de diseño interior Rialto Living, responsables del proyecto de rehabilitación, buscaron en todo momento preservar su rico patrimonio histórico y conservar muchos de los elementos originales, pero haciendo una interpretación contemporánea del edificio mallorquín. Así, todavía hoy se puede apreciar su antigua escalera, el altar de la capilla preside el restaurante Sa Terrassa, la almazara dónde se hacía el aceite de la isla se ha convertido en el restaurante Sa Tafona y una de las antiguas torres de defensa que había en la finca ha pasado a ser una exclusiva suite, que invita a soñar a todos sus moradores.