22/05/2024
A un paso de la Piazza Vittorio en Roma, abre sus puertas Ardecore, la pieza que faltaba en el mosaico gastronómico del Esquilino, un animado barrio multiétnico de la capital, donde diversas comunidades han despertado una babilonia culinaria única. El nombre, que evoca tanto el dialecto romano como el de Campania, da la primera pista de la naturaleza dual de Ardecore. Una única ventana a la calle conduce a la entrada, caracterizada por un mostrador revestido de madera Alpi Sottsass de color rojo fuego, domado por una pared índigo adornada con cuadrados de papel pintado con un patrón abstracto inspirado en formas naturales. Realizado por la diseñadora Daniela Pinotti e impreso sobre revestimiento vinílico y paneles fonoabsorbentes para mejorar el confort acústico de la sala, el Layers Wallpaper es el leitmotiv de los interiores, con capacidad para 70 asientos tanto para el almuerzo como para la cena.
Una pared adornada con una estructura de hierro violeta, recubierta de polvo y hecha por herreros locales, marca el espacio dedicado a los asientos de ladrillo y exhibe productos que se pueden comprar en nichos que complementan el menú, provenientes de pequeñas empresas agrícolas en Irpinia.
Más adelante, una gran sala da a un patio interior, perfecto para usar en la estación más cálida, acunado por arcos que encierran los asientos de ladrillo. El fondo del arco central está cubierto con el mismo papel pintado que la entrada, una especie de fondo abstracto que proyecta a los visitantes hacia las profundidades de la tierra.
Los interiores se extienden sobre una superficie de más de 300 metros cuadrados, donde a medio camino se encuentra el "núcleo" de combustión, la zona operativa del horno, construido in situ en materiales refractarios. Revestido de mayólica negra mate y rodeado de paredes oscuras y brillantes, evoca magma, materia quemada, ceniza: “Cuando sugerimos inicialmente al pizzero Alessandro Zirpolo, a Roberta Boccella y Matteo Meloni, al frente de Ardecore, colocar el horno en la sala central para convertirlo en el corazón del lugar y cubrirlo completamente con negro, quedaron desconcertados. Aunque las bóvedas y los arcos principales de mampostería ya habían sido restaurados por el anterior propietario, nos centramos en la reinterpretación de los espacios gracias al poder transformador del color. Imaginamos la esencia de las cenizas de madera, las ardientes llamas rojas y la belleza prístina de los Apeninos de Campania, apreciados por los clientes, y tradujimos estos elementos en características arquitectónicas a través de una paleta de colores dinámica y el papel tapiz diseñado por Daniela Pinotti, inspirado en la dendrocronología. de árboles”, asegura Matteo Soddu, cofundador del estudio. Y el resultado es perfecto. Mamma mía!
