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EL NÁPOLES DEL EUROSTARS HOTEL EXCELSIOR

25/04/2025

Situado en Via Partenope, en pleno paseo marítimo, el hotel es un balcón privilegiado al Golfo de Nápoles y al Vesubio, ese volcán mítico que, desde la distancia, parece custodiar la ciudad. Desde sus terrazas se contempla también el Castel dell’Ovo, el Palacio Real o la Piazza del Plebiscito, en una panorámica donde arte, historia y paisaje se funden. Quien se aloja aquí, no necesita alejarse demasiado para empaparse de la esencia napolitana: basta con cruzar la calle para adentrarse en un centro histórico vibrante, con trattorias, galerías y plazas que invitan al paseo.

El Eurostars Hotel Excelsior, inaugurado en 1908, ha sido testigo de más de un siglo de historia y cultura. Sobrevivió a dos guerras mundiales sin perder su elegancia, decorado con mármoles de Carrara, lámparas de Murano y revestimientos de seda que aún hoy conservan su esplendor. Su estilo palaciego ha seducido a aristócratas, intelectuales, artistas y políticos: desde el príncipe Humberto de Saboya hasta Winston Churchill, Alfred Hitchcock, Alexander Fleming o Luciano Pavarotti. Su huella también ha quedado grabada en el cine, con películas como Viaggio in Italia de Rossellini o Il giudizio universale de De Sica que eligieron sus salones como escenario.

Sus habitaciones y suites combinan el clasicismo italiano con un confort discreto y envolvente. Las más privilegiadas cuentan con balcones privados con vistas al mar, perfectos para contemplar el amanecer sobre la bahía con una taza de espresso o una copa de vino blanco de Campania al atardecer.

Pero la experiencia no estaría completa sin una cena en el ristorante La Terrazza, un espacio donde la cocina napolitana se sublima con toques contemporáneos y una carta que celebra el producto local. Mariscos fresquísimos, pasta artesanal y postres tradicionales reinterpretados se sirven sobre manteles blancos, con el rumor del mar y las luces de la ciudad como telón de fondo. La atmósfera, especialmente en primavera, se impregna de aromas cítricos, brisa salina y el murmullo de las conversaciones que fluyen sin prisa.