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PALILLOS BAJO TIERRA

23/12/2024

Agarra tus palillos porque Merivale lo ha vuelto a hacer. Escondido en el sótano del histórico edificio Burns Philp & Co de Sídney, Good Luck Restaurant Lounge sirve una deliciosa porción de nostalgia con un toque contemporáneo. Este amplio local con capacidad para 200 comensales es una carta de amor a las escenas gastronómicas underground de los años 70, desde Nueva York hasta Tokio y Hong Kong. Good Luck, la creación del director ejecutivo de Merivale, Justin Hemmes, ha llevado tres años de desarrollo. “Good Luck es un local que está muy cerca de mi corazón”, comparte Hemmes. “Quería crear una experiencia sensorial que llevara a la gente a un viaje de deleite y asombro. El diseño cumple totalmente con ese objetivo”. La firma de arquitectura de interiores Akin Atelier, dirigida por Kelvin Ho, trabajó en estrecha colaboración con el equipo de diseño de Merivale para darle vida a esta visión. El resultado es un espacio que Ho describe como “una colisión entre lo sencillo y lo opulento, que recuerda a los escenarios de las películas de Bruce Lee, los restaurantes de Hong Kong, las largas noches de Tokio y los bares de karaoke con luces de neón”. Pura fantasía.

Al descender a este maravilloso mundo kitsch desde la calle, te recibe un atrevido letrero de neón que dice "Get Lucky" (Ten suerte) que marca el tono del festín visual que te espera. El plano del local se despliega como una serie de espacios interconectados, cada uno con su propio carácter. Está el animado comedor principal, un bar de cócteles con luces de neón rojas, comedores privados y semiprivados y salas de vinos con ladrillos de vidrio. El equipo de diseño ha superpuesto la opulencia kitsch sobre el entorno patrimonial, creando un espacio que es a la vez nostálgico y fresco. Hay mucha carpintería de alto brillo y estilo chic de los años 70 que se codea con sillas de comedor vestidas con flores y banquetas de vinilo en tonos rosados combinadas con tableros de mesa en un arcoíris de rojo, aguamarina, rosa y jade. Es un poco como si el salón de tu abuela hubiera recibido un lavado de cara de alta costura.

El director de diseño de Merivale, Nasim Koerting, cuenta todo sobre la búsqueda del tesoro: “Hemos encontrado piezas únicas y antiguas de todo el mundo, muchas de ellas también locales. Las lámparas de araña están hechas a mano en Italia con cristal de Murano y están diseñadas para hacerte sentir como si hubieras entrado en otra época”. El compromiso con el detalle en cada punto de contacto, desde el equipamiento hasta los objetos, raya en la obsesión. Incluso los palillos chinos lucen el tono más perfecto de rojo lápiz labial que realza el diseño. Y ojo a lo impecable que parece la iluminación en todas partes, una obsesión para Hemmes y algo en lo que él personalmente se involucra para cada local de Merivale.