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RETIRO EN VIETNAM HECHO DE MATERIALES RECUPERADOS

11/06/2025

A veces, la arquitectura no necesita añadir, sino devolver. Ese parece ser el gesto detrás de Dragonfly Refugio y Café, un proyecto construido sobre los restos de un antiguo almacén de cultivo de champiñones en Vietnam. Donde antes había estructuras oxidadas y tejados vencidos por el tiempo, hoy emerge un espacio que invita a detenerse, observar y volver a lo esencial.

El terreno, con orientación sur y vistas despejadas al mar más allá de una colina prístina, ofrecía ya la atmósfera necesaria para un retiro. En lugar de borrar el pasado, el proyecto decidió conservarlo manteniendo el volumen original y trabajando desde el respeto por lo que ya existe. Se utilizan materiales reciclados o rescatados de la zona: acero oxidado, chapas del techo antiguo, madera recuperada, palets usados y ladrillos sin cocer que se apilan con ritmo sobrio pero expresivo.

Cada elemento, desgastado y humilde, se convierte en parte de una narrativa de recuperación que busca conectar. Hasta los toldos del porche están hechos con capullos de gusano de seda adquiridos a agricultores locales. El interior se organiza de forma fluida, hay zonas comunes abiertas al paisaje, rincones de sombra, pasillos.

El proyecto no persigue una imagen de postal, sino un tipo de belleza más difícil: la que nace del uso, del tiempo, del contacto con la mano. Como escribe su autor, la intención era entrelazar recuerdos de infancia con el paisaje salvaje del lugar. Para muchos que crecieron en zonas rurales de Vietnam, la imagen de las libélulas —dragonflies— evoca una libertad ingenua, el juego al aire libre, el verano eterno. El refugio toma su nombre de ahí, como si en ese gesto se concentrara toda su vocación: un lugar donde estar, sin hacer demasiado.
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