16/04/2025
Mantener el legado de su historia es parte indiscutible de todo aquel que se compromete emocional o simbólicamente con Roma, la ciudad eterna. Y eso es lo que ha hecho Zaha Hadid Architects (ZHA) con el Palazzo Cappoli: convertirlo en el que seguro será un icono del lujo, Romeo Roma Hotel. La transformación de este edificio del siglo XVII fusiona la monumentalidad barroca con la fluidez del diseño contemporáneo, reinterpretando el lenguaje arquitectónico romano a través de un juego de formas curvas y materiales nobles que rinden homenaje a la historia sin renunciar a la innovación.
Ubicado en Via di Ripetta, el Palazzo Capponi había sido durante décadas sede de oficinas gubernamentales, lo que llevó a la pérdida de gran parte de sus interiores originales. Sin embargo, durante el proceso de restauración, frescos del siglo XVII, ocultos tras reformas poco cuidadosas, fueron redescubiertos y ahora forman parte del nuevo diseño del hotel. Estos elementos históricos conviven con una estética moderna donde el ébano Makassar, el mármol Nero Marquina y el mármol de Carrara generan un diálogo armónico entre pasado y presente.
El vestíbulo del Romeo Roma Hotel es una muestra de este equilibrio. Originalmente concebido como un patio central, hoy luce cubierto por un techo retráctil de vidrio, permitiendo que la luz natural inunde el espacio. La combinación de suelos de piedra de lava, detalles en latón y líneas curvas características del estudio de Zaha Hadid crea una atmósfera envolvente desde el primer instante. El uso de materiales es clave en la narrativa del proyecto. Los techos abovedados han sido reinterpretados con un diseño fluido que juega con la luz y la sombra, evocando las estructuras de la Roma imperial y renacentista.
Las 74 habitaciones y suites han sido diseñadas como espacios únicos, con una estética que varía según la planta. En el piano nobile, las suites conservan la opulencia del Renacimiento, con techos ornamentados y frescos originales restaurados. En las plantas superiores, en cambio, el diseño adquiere un carácter más contemporáneo, con suelos de nogal oscuro, mobiliario a medida y terrazas privadas que ofrecen vistas espectaculares de Roma.
El spa del Romeo Roma Hotel es un tributo al bienestar inspirado en la tradición romana. Sus paredes de tadelakt trabajado a mano evocan la textura de los antiguos baños termales, mientras que la integración de sal de roca siciliana en los tratamientos aporta un enfoque holístico al cuidado del cuerpo. Sin embargo, la mayor sorpresa se encuentra bajo tierra: durante las excavaciones del hotel, se descubrió un taller romano con una estructura de opus reticulatum de más de 2000 años, que ha sido integrado en el diseño del hotel a través de una galería subterránea de 90 metros. Para realzar esta conexión con la historia, el suelo de la piscina del hotel es de vidrio, permitiendo a los huéspedes contemplar estas ruinas mientras nadan, en una experiencia única que une el pasado y el presente de Roma.