23/06/2025
En la ribera de los canales declarados Patrimonio Mundial por la UNESCO, el Rosewood Amsterdam abre sus puertas en un enclave excepcional: el antiguo Palacio de Justicia de la ciudad. Este edificio de 1665, cargado de historia, renace ahora como uno de los hoteles más esperados del año, en lo que supone el debut de la marca Rosewood en los Países Bajos y el último desarrollo hotelero permitido dentro de un edificio monumental en Ámsterdam.
La rehabilitación ha corrido a cargo del estudio de interiores Studio Piet Boon, que ha sabido equilibrar con elegancia la herencia de la arquitectura holandesa con una estética contemporánea, cálida y envolvente. El proyecto respira una identidad coherente en cada detalle, desde las 134 habitaciones y suites —incluidas cinco signature Houses de espíritu residencial— hasta los espacios comunes, concebidos como escenarios de contemplación, encuentro y disfrute sensorial. Uno de los grandes protagonistas es el jardín diseñado por Piet Oudolf, De Tuin, un espacio vivo que se transforma con las estaciones y funciona como obra de arte en constante cambio. Aquí, la naturaleza se convierte en reflexión, y el jardín, en un manifiesto sobre la belleza de lo efímero.
El Rosewood Amsterdam también destaca por su potente oferta gastronómica. El restaurante Eeuwen, concebido como una brasserie atemporal de estética botánica, está dirigido por el chef David Ordóñez, y propone una experiencia de slow dining basada en productos de temporada, técnicas precisas y sabores profundos. Desde ostras del pueblo de Yerseke hasta mariscos del Mar del Norte, cada plato celebra el tiempo como ingrediente principal. El bar Advocatuur, inspirado en la historia legal del edificio, reinventa la coctelería con una narrativa propia. Bajo su superficie late también un speakeasy escondido: The Distillery, donde se produce un jenever artesanal bajo el nombre Provo, en homenaje al movimiento contracultural de los años 60.