05/08/2024
En Japón existen unos 14 000 santuarios sintoístas dedicados a la deidad Tenjin, deificación de Sugawara no Michizane. Son los llamados santuarios Tenmangu que se reconocen fácilmente de otro tipo de santuarios sintoístas por sus esculturas de bueyes y por los árboles de ciruelo, así como imágenes y emblemas de flores de ciruelo, que puedes encontrar en sus inmediaciones.Algunos de los más populares son el santuario Dazaifu Tenmangu de Fukuoka, el santuario Kitano Tenmangu de Kioto o el santuario Osaka Tenmangu de Osaka, aunque también destacan el santuario Kameido Tenjin o el santuario Yushima, ambos en Tokio.
Sugawara no Michizane
Sugawara no Michizane fue un político, poeta y estudioso de finales del siglo VIII que fue exiliado injustamente por el clan Fujiwara por razones políticas y murió en el exilio en Dazaifu, a las afueras de la actual Fukuoka.
La leyenda cuenta que tras su injusta muerte en el exilio cayeron varios rayos sobre el Palacio Imperial de Kioto y hubo muchos desastres naturales, como plagas, sequías y hasta terremotos. Además, varios hijos del emperador Daigo murieron de manera misteriosa y el propio emperador cayó enfermo repentinamente y murió a la edad de 46 años.
Todas estas calamidades se atribuyeron al espíritu iracundo de Michizane. Por ello, la corte imperial decidió restituir póstumamente a Michizane, deificándolo en Tenjin o deidad de la sabiduría. Además, se mandó construir en 947 un santuario en su honor y así terminar de apaciguar su ira. Fue el santuario Kitano Tenmangu de Kioto, el primero de los santuarios Tenmangu de todo el país.
Unos años más tarde, en 949, se construyó el santuario Osaka Tenmangu, porque según parece en 901 Michizane había rezado por su viaje en un santuario anterior de camino al exilio hacia Dazaifu. Asimismo, allí donde había fallecido Michizane se construyó el santuario Dazaifu Tenmangu.
Bueyes
En los santuarios Tenmangu es habitual encontrar esculturas de bueyes, ya que este animal está muy relacionado con Michizane, aunque la razón no está clara, porque existen muchas leyendas y mitos al respecto.
Una de las más populares es que Michizane pidió que su cuerpo fuera tirado por bueyes y que allí donde se detuvieran, sería su lugar de descanso eterno. Otra cuenta que, en el día de su muerte, un buey perdió su vida al tirar del ataúd. Sea como sea, ésta es la razón por la que en la gran mayoría de santuarios Tenmangu hay esculturas de bueyes.
Hoy se cree que los bueyes son los mensajeros de Tenjin y por ello se encuentran imágenes de bueyes en todos sus santuarios. Existe la creencia que si acaricias la cabeza de la estatua obtendrás sabiduría e inteligencia. Y si tienes algún dolor muscular y acaricias ese mismo lugar en la estatua, tus dolencias mejorarán.
Por ello, en los santuarios Tenmangu es frecuente ver a los visitantes acariciar las diferentes esculturas de bueyes para obtener buena suerte y salud, además de éxito en los estudios.
Ciruelos
Otra imagen típica de los santuarios Tenmangu son las flores de ciruelo. Existen muchas leyendas sobre por qué las flores de ciruelo eran las favoritas de Michizane. La más popular dice que, de pequeño, Michizane usó pétalos de flores de ciruelo para dar color a sus mejillas (supuestamente era un niño pálido y débil) mientras recitaba un poema: «Hay belleza y flores de ciruelo carmesí en tu rostro».
Cierto o no, los santuarios Tenmangu están repletos de ciruelos, por lo que merece la pena visitarlos en febrero cuando florecen. Por ejemplo, el santuario Dazaifu Tenmangu cuenta con unos 6000 ciruelos de 167 variedades diferentes. Asimismo, en el santuario Osaka Tenmangu se celebra un festival dedicado a los ciruelos a finales de febrero, mientras que el santuario Kitano Tenmangu de Kioto abre su jardín privado con más de 2000 ciruelos donde se organiza una ceremonia del té con maikos y geishas del cercano barrio de Kamishichiken.
Este post es fruto de la colaboración con el blog de cultura japonesa Japonismo. Texto y fotos: © Luis Rodríguez y Laura Tomás.