10/03/2021
Casa Orellana presenta un “brunch” inspirado en los desayunos andaluces y de la mano de Carrasco Ibéricos.
Casa Orellana, taberna refinada ubicada en la calle madrileña que le da nombre cuenta con un apetecible Brunch Ibérico. Se trata de un desayuno tardío protagonizada por embutidos seleccionados de Carrasco Ibéricos con la que disfrutar los sábados y domingos en pleno barrio de las Salesas.
En esta oferta de brunch, alternativa al resto de opciones de la capital, Casa Orellana se inicia con un mollete de paletilla ibérica como es costumbre en Andalucía, al que le siguen unos deliciosos huevos fritos con su puntilla, patatas panadera y paletilla ibérica de bellota o chichas de salchichón ibérico. Para acompañar, los comensales pueden elegir bebidas como zumo de naranja, café, vermut, cerveza, vino o champán.
Esta versión de brunch a la española, al igual que ocurre con muchos de los platos de Casa Orellana, invita a mojar pan y, sobre todo, a disfrutar. El brunch ibérico puede disfrutarse tanto en sala como en la coqueta terraza del local, porque hay tradiciones que no deberían perderse como un buen desayuno de fin de semana.
Más allá del brunch
Casa Orellana ofrece una propuesta castiza y actual de barra de picoteo y casa de comidas. Todo ello, dentro de un espacio dispuesto para hacer honor al aperitivo y donde el tapeo y mojar pan están a la orden del día. Su horario ininterrumpido invita a disfrutar a cualquier hora de platos clásicos y su esencia de taberna refinada.
Conservas de toda la vida, embutidos y parte de la bodega decoran el local, recibiendo a todo aquel que llegue con ganas de degustar lo de siempre… pero mejor que nunca. Así, la carta de Casa Orellana refleja la forma de ver la cocina desde la experiencia de Guillermo Salazar. Nacido en Sevilla, el chef vio crecer allí su pasión por la cocina también influido por su abuela bilbaína, quien le transmitió el cariño por la cocina vasca. Tras pasar por las cocinas de Akelarre y Arzak, y después de nueve años en Nueva York con estancia en referencias como Gramercy Tavern y Eleven Madison Park, Guillermo Salazar busca volver a las raíces inspirado en los recetarios tradicionales con una propuesta de tapas, raciones, guisos, carnes y pescados.
En palabras del propio chef, “muchos platos son el resultado de la fusión de tradiciones”, y eso se nota en propuestas como la ensaladilla rusa, que en Casa Orellana se sirve con Centollo del Cantábrico, muy utilizado en la cocina norteña, o con un delicioso escabeche de atún elaborado en casa. Otro claro ejemplo es el mollete de pringá y queso Idiazábal, combinación infalible que conquistará al público madrileño por su sabor y el buen hacer del chef.
La barra y las mesas altas son pieza clave de este nuevo local de horario ininterrumpido, donde tomar un vermut o un buen vino acompañado de tapas como huevos rellenos de bonito, corvina macerada al ajillo o la Gilda Orellana (versión del mítico pintxo donostiarra), es posible a cualquier hora del día. Imperdible.