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UN FOTÓGRAFO Y UN CLÉRIGO HOMENAJEAN A LA RIOJA

25/01/2021

Bodega Hacienda López de Haro recuerda a los pioneros de Rioja con una colección de grandes reservas de sus añadas más excepcionales.

Classica Hacienda López de Haro es el tributo que la bodega rinde a los pioneros de Rioja, personajes que contribuyeron a que la denominación de origen ocupe hoy un lugar de relevancia a nivel mundial. La colección nace con dos vinos que reinterpretan aquellos vinos finos que hicieron a La Rioja famosa en el mundo, e irá creciendo año a año con Grandes Reservas tintos, blancos y rosados, elaborados en esas añadas en las que el viñedo regala un fruto excepcional destinado a los grandes vinos.

 

El fotógrafo y el clérigo, los primeros en llegar

En la etiqueta de Classica Hacienda López de Haro Gran Reserva Blanco 2012, Jean Laurent se hace un “selfie” con su cámara de fuelle, en un guiño al carácter contemporáneo de estos clásicos. Laurent, el fotógrafo, llegó a Haro en 1863 a través de las recién instaladas vías de tren. Había nacido en Borgoña, pero fue la reina Isabel II quien le encomendó la misión de fotografiar la región con motivo de la inauguración del primer recorrido del ferrocarril, que uniría Bilbao con Tudela. Aquí retrató a grandes personalidades como Espartero o Sagasta, y también inmortalizó escenas costumbristas en Logroño, Cenicero o Briones. En Haro, Jean (o Juan, como le gustaba que le llamasen) tomó la primera fotografía de Haro, aunque la ciudad aun tardaría otra década en acoger a los ‘negociants’ franceses que le ayudarían a convertirse en una de las capitales del vino.

En la imagen de Classica Hacienda López de Haro Gran Reserva Tinto 2001 salta un orondo clérigo con una barrica bajo el brazo. No es otro que Manuel Quintano, nacido en Labastida, que llegaría a ser Deán de la Catedral de Burgos, pero según cuenta la historia, estaba más interesado en las viñas que en los asuntos eclesiásticos. Convencido de que algo había que hacer para mejorar la calidad del vino de Rioja Alavesa, este religioso ejerció de espía industrial en Burdeos durante las vendimias de 1785 y 1786. De allí se trajo el método bordelés y sus vinos comenzaron a tener fama. Sin embargo, sus vecinos no estaban convencidos de estos métodos y le prohibieron utilizarlos, pero el clérigo llevó el caso a la corte y consiguió que le permitieran seguir elaborando según lo aprendido en Francia. Aunque la llegada de la guerra y de Napoleón truncó sus planes y el estilo bordelés no llegó a extenderse hasta mediados del siguiente siglo, Quintano es considerado el pionero de los vinos finos en Rioja.

Un horizonte de buenas cosechas

Classica Hacienda López de Haro Gran Reserva Blanco 2012 y Classica Hacienda López de Haro Gran Reserva Tinto 2001, el fotógrafo y el clérigo, son la primera parada de un viaje por la historia de Rioja con el que la bodega rinde homenaje a aquellos visionarios, algunos desconocidos, que creyeron en el potencial de esa tierra cuando nadie más lo hacía y gracias a los que hoy es una de las zonas vinícolas más importantes del mundo.

Con esta colección verán la luz los vinos que desde la creación de la Bodega Hacienda López de Haro se han ido reservando bajo el criterio del enólogo y director técnico, Raúl Acha, y de la familia Arambarri, fundadorade la bodega. Grandes vinos elaborados en esos años en las que las condiciones son perfectas en el viñedo proporcionando un excepcional potencial de crianza y guarda. Classica de Hacienda López de Haro reinterpreta aquellos “Vinos Finos”, los grandes reservas con largas crianzas y una enorme capacidad de guarda que pusieron a Rioja por primera vez donde está ahora, en las mesas más exigentes de España, Europa y el mundo durante la ‘belle epoque’ riojana, hace ya más de un siglo.

Los botelleros de estos vinos tan especiales han esperado en algunos casos casi dos décadas en Bodega Hacienda López de Haro, redondeándose gracias al paso del tiempo. A pesar de su longevidad, el perfil de estos ‘grandes reservas’ respeta la esencia y filosofía de la bodega de crear clásicos contemporáneos, con largas crianzas en roble nuevo y usado que den protagonismo por igual a los aromas frutales y a los del roble, en una reinterpretación de esos vinos finos de siempre. El resultado son vinos que destacan por su elegancia y por haber evolucionado positivamente en complejidad, acercándose a su punto de máxima expresión, aunque en estos vinos solo la paciencia y el tiempo dirán cuál es ese punto.