15/04/2020
Los páramos helados de Siberia no suelen considerarse como un entorno natural para los vehículos Lexus, pero fueron el telón de fondo de una increíble experiencia de conducción que puso a prueba las capacidades de dos modelos muy distintos: el gran crossover premium híbrido RX 450h y el coupé insignia de la marca, el LC 500.
El escenario de la aventura fue el lago Baikal, el lago de agua dulce más profundo del planeta, que se congela hasta una profundidad de 1,5 m. con temperaturas que pueden bajar hasta los 60 grados centígrados bajo cero. De hecho, la capa de hielo es tan gruesa y resistente que el lago pasa a formar parte de la red de carreteras nacionales de Rusia.
La situación exigía un piloto a la altura del escenario, así que Lexus recurrió al talento de Nikita Shikov, uno de los principales campeones de drifting de Rusia. Entre sus logros, destacan dos subcampeonatos de la Russian Drift Series, un subcampeonato de la Formula Drift Russia y un título de la Auto Exotics Cup. A pesar de su dilatada experiencia, era la primera vez que conducía un Lexus sobre hielo, una superficie muy distinta de los circuitos a los que está acostumbrado.
El RX puede presumir de ser el primer crossover premium del mundo, pero someter a este elegante crossover a una situación tan extrema suponía un nuevo hito en su historia. Shikov admitió que, antes de sentarse al volante, albergaba dudas sobre cómo respondería el sistema electrónico de tracción a las cuatro ruedas E-Four.
“Al principio era escéptico”, reconoce, ya que el RX 450h funciona por defecto con tracción a las ruedas delanteras, y el eje trasero solo entra en acción cuando los sensores detectan que las ruedas empiezan a patinar o a resbalar. Sin embargo, una vez sobre el hielo, pronto descubrí que el eje trasero se activa muy rápidamente, así que puedes deslizarte sabiendo que controlas la potencia de las cuatro ruedas”.
El LC 500, con tracción a las ruedas traseras, presentaba una propuesta muy distinta, e incluso antes de llegar al hielo, Shikov quedó impresionado por su carácter: “Era la primera vez que conducía este gran turismo y fue increíble. De camino a nuestro campamento, por carreteras secundarias, me quedó clara su aptitud para cubrir largas distancias, circulando a gran velocidad con su gran aerodinámica, su cómodo habitáculo y la posición ideal del conductor”, explicó.
“En cuanto tocas el hielo notas enseguida la tracción a las ruedas traseras. Teniendo en cuenta el peso del coche y el hecho de que montábamos neumáticos convencionales, la aceleración no era lo principal; lo importante era la técnica de conducción, buscar los límites del vehículo”.
Shikov disfrutó de la oportunidad de conducir el LC 500 sobre el hielo del lago Baikal, cuya superficie estaba espolvoreada de nieve. “Noté el agarre al momento, y era casi como conducir sobre asfalto”, dijo. “Pude experimentar la auténtica personalidad del vehículo. Las ruedas traseras levantaban una estela de nieve impresionante”.
Para pilotar sobre un lago helado “en plena naturaleza” hay que seguir unas estrictas medidas de seguridad. No hay que ponerse el cinturón de seguridad, el equipo de sonido debe estar apagado y las puertas, desbloqueadas; también se evalúa minuciosamente el estado del hielo para detectar cualquier posible indicio de fragilidad.
Para la espectacular exhibición de Shikov, se desactivaron todos los sistemas electrónicos de manejo y estabilidad, para que todo se redujera al vehículo en su forma más pura y a las habilidades del piloto.
En Siberia se puso a prueba la reconocida calidad y fiabilidad de la marca. Las temperaturas por debajo de los 10 grados centígrados negativos no supusieron ningún obstáculo para el funcionamiento de ambos modelos.
Las fotografías del evento dan una idea de lo especial del paraje.