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¡PURA VIDA!

14/05/2025

Costa Rica es tierra de volcanes. Su geografía y su identidad están íntimamente ligadas a estas montañas de fuego que han esculpido su relieve y enriquecido su biodiversidad a lo largo de los siglos. Situado en pleno Cinturón de Fuego del Pacífico, este pequeño país alberga más de 200 formaciones volcánicas, de las cuales siete están activas. Cada uno de estos volcanes representa mucho más que un espectáculo geológico: son lugares de energía, leyenda y naturaleza pura, donde el viajero puede experimentar la fuerza de la tierra y disfrutar de un entorno único.

El más icónico de todos es el volcán Arenal, en la provincia de Alajuela. Su silueta cónica perfecta y su entorno de bosques, termas naturales y senderos lo han convertido en un símbolo del país. Aunque su última actividad significativa fue en 2010, el "gigante dormido" sigue cautivando a quienes lo visitan por sus paisajes y por las piscinas de aguas termales que lo rodean. En Cartago, el volcán Irazú regala panorámicas que alcanzan, en días despejados, del océano Pacífico al Caribe. Sus cráteres, uno de ellos con un lago verde esmeralda, son de fácil acceso desde San José.

El volcán Rincón de la Vieja, en Guanacaste, es un paraíso para los amantes de la aventura. Su parque nacional ofrece fumarolas, aguas termales, senderos entre selvas tropicales, cascadas imponentes y rutas que permiten descubrir la fuerza geotérmica de la zona. En Alajuela, el volcán Poás es conocido por su impresionante cráter y su lago ácido de color verde intenso. Muy accesible y rodeado de rutas para realizar visitas complementarias, es una de las visitas imprescindibles del país. El menos transitado, pero no por ello menos espectacular, es el volcán Turrialba, también en Cartago. Sus recientes erupciones lo han situado como un destino perfecto para los más aventureros.

Otro de los grandes protagonistas de Guanacaste es el volcán Tenorio, famoso por custodiar una de las maravillas naturales más fotografiadas de Costa Rica: la Catarata del Río Celeste, con sus aguas de un color turquesa hipnotizante. Por último, el volcán Miravalles, también en Guanacaste, ofrece un atractivo diferente: aquí se encuentra el único cráter transitable de Costa Rica. El lugar es perfecto para baños de lodo termal, disfrutar de aguas ricas en minerales o realizar rutas de observación de aves en un entorno de gran valor natural. Como añadido a este recorrido, el volcán Barva, dentro del Parque Nacional Braulio Carrillo, destaca por ser el volcán de mayor extensión de Centroamérica y uno de los más altos del país.

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